sábado, 30 de mayo de 2009

Iniciación al lenguaje del cine

En un mundo, donde la cultura simbólica, es referente obligado, surge la necesidad de estudiar y aprender la gramática y sintaxis del lenguaje audiovisual. El cine se ha convertido hoy en un poderoso medio y recurso para la comunicación. El presente texto busca difundir la cultura cinematográfica, en particular y la cultura de la imagen, en general, en sus aspectos básicos. Así, el libro toma como interés central las cuestiones de la expresión. El sonido, el color y la escritura cinematográfica son aspectos elementales para una alfabetización en la lectura de la imagen. En suma, se trata de una breve descripción, accesible e ilustrada, de algunos conceptos y procedimientos asociados al lenguaje cinematográfico.

jueves, 21 de mayo de 2009

Por qué leer los clásicos (1994). Ítalo Calvino

Para Calvino, los clásicos son los libros que siempre estamos dispuestos a releer y cada vez que volvemos a ellos nos dicen nuevas cosas, nos reservan nuevas sorpresas; son los libros que siempre perduran porque han dejado una huella en la cultura, aunque a veces esa huella se oculte entremezclada con otras que conforman el imaginario colectivo o individual y sólo pueda descubrirse en algunas pautas de comportamiento o en ciertos valores significativos para un pueblo determinado o una persona en particular; nuestro clásico particular es aquél que no puede dejarnos indiferentes y que nos ayuda a definirnos, aún por contraposición a él. Partiendo de un concepto amplio y flexible de lo que son los textos clásicos, Calvino nos invita a una lectura guiada de “sus clásicos” iluminada por su erudición y buen gusto. Según señala el autor “Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él”. Así, mezclados en el tiempo y en la historia de la literatura universal, el lector descubre las lecturas calvinianas de La Odisea, Orlando furioso, Cyrano de Bergerac, La(s) Metamorfosis (las de Ovidio y la de Kafka), Cándido o Doctor Zhivago, libros con los que se codean otros escritores tan queridos por el autor como Gadda y Borges, u otros por los que manifiesta su simpatía cómplice como Ponge y Queneau. Como vemos, Ítalo Calvino no nos está proponiendo un canon, sino más bien nos está invitando a la lectura para poder llegar a nuestra propia elección. Muchas de las cosas que aprendemos y muchos de los libros que leemos no tienen una utilidad práctica e inmediata, pero contribuyen a nuestra formación cultural, humanística y personal. Mediante nuestras preferencias y afinidades con determinados autores nos vamos reconociendo y modelando nuestra personalidad. Puesto que como sostiene el autor “Los clásicos son esos libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual”. De otro lado, es necesario señalar que este libro puede ser una guía interesante para los numerosos docentes que en la actualidad se hallan comprometidos en la tarea de incentivar a los jóvenes a cultivar el hábito de la lectura.