sábado, 6 de junio de 2009

Polémica. Sor Juana Inés de la Cruz

En 1685 se publicó en México el Sermón del Mandato del padre jesuita Antonio Vieira (publicado originalmente en portugués en 1650). Este sermón es el que se predica con ocasión del Jueves Santo y toma como fuente un pasaje del evangelio de San Juan. El padre Vieira trató, en esa oportunidad, el tema de las finezas del amor de Cristo hacia los hombres en los últimos días de su vida terrestre. Sor Juana conoció el sermón; lo discutió durante una conversación en el locutorio de su monasterio; sus observaciones agradaron y se le pidió que las pusiera por escrito. Las críticas de Sor Juana al sermón del padre Antonio Vieira fueron presentadas en una carta que la poetisa dirigió al obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, quien la publicó sin que se conozcan los motivos que lo llevaron a ello. Tal fue el origen de la disertación que ella misma llamaba Crisis de un sermón y que fue publicada con el título de Carta Atenagórica (en alusión a la diosa griega de la sabiduría, Palas Atenea). Esta publicación, que data de 1690, es de carácter teológico y viene acompañada por una carta intro­ductoria conocida hoy como “Carta de Sor Filotea de la Cruz”, seudónimo detrás del cual se ocultaba el mismísimo obispo de Puebla. En esta misiva introductoria se le critica a Sor Juana su preocupación por el estudio de las ciencias no sagradas y la temática mundana de su poesía y, además, se la insta a preocuparse más por los asuntos de Dios. Sor Filotea (El obispo de Puebla), aun reconociendo el talento de la autora, le recomendaba que se dedicara a la vida monástica, más acorde con su condición de monja y mujer, que a la reflexión teológica, ejercicio reservado a los hombres.

Tres meses después, Sor Juana escribió su famosa Respuesta a Sor Filotea, en la que defiende su condición de mujer y su compulsión por un saber enciclopédico. En muchas partes de esta carta, el relato se toma una confesión íntima en la que aparece la gran soledad de esta mujer, sus ansias de saber, investigar y cues­tionar, en contraste con la rigidez de su vida monacal y las limitaciones de su condición de mujer en el contexto de la época. A pesar de la contundencia de su respuesta, en la que daba cuenta de su vida y reivindicaba el derecho de las mujeres al aprendizaje, pues el conocimiento “no sólo les es lícito, sino muy provechoso”, la crítica del obispo la afectó profundamente, tanto, que poco después vendió su biblioteca y todo cuanto poseía, destinó lo obtenido a beneficencia y se consagró por completo a la vida religiosa. Murió mientras ayudaba a sus compañeras enfermas durante la epidemia de cólera que asoló México en el año 1695. Sor Juana Inés de la Cruz tuvo una vida agitada y polémica desde sus primeros años en la sociedad novohispana. Los enigmas que rodean su biografía se extienden a su producción literaria que puede ser, a un tiempo, clara e inquietante. Considerada la décima musa de México, aún no poseemos todas las claves de lectura de su obra, que sigue generando debates esenciales para la comprensión del arte barroco. El presente libro reúne en un solo volumen textos dispersos como El Sermón del Mandato del padre Antonio Vieira, La Carta Atenagórica de Sor Juana (que incluye además, la “Carta de Sor Filotea de la Cruz”) y la famosa Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, esta última considerada como la mejor obra en prosa de la autora y una de las grandes disertaciones escritas en lengua castellana hasta los tiempos presentes; además, de ser reconocida como pieza fundadora de los derechos de la mujer al estudio y a la cultura.

sábado, 30 de mayo de 2009

Iniciación al lenguaje del cine

En un mundo, donde la cultura simbólica, es referente obligado, surge la necesidad de estudiar y aprender la gramática y sintaxis del lenguaje audiovisual. El cine se ha convertido hoy en un poderoso medio y recurso para la comunicación. El presente texto busca difundir la cultura cinematográfica, en particular y la cultura de la imagen, en general, en sus aspectos básicos. Así, el libro toma como interés central las cuestiones de la expresión. El sonido, el color y la escritura cinematográfica son aspectos elementales para una alfabetización en la lectura de la imagen. En suma, se trata de una breve descripción, accesible e ilustrada, de algunos conceptos y procedimientos asociados al lenguaje cinematográfico.

jueves, 21 de mayo de 2009

Por qué leer los clásicos (1994). Ítalo Calvino

Para Calvino, los clásicos son los libros que siempre estamos dispuestos a releer y cada vez que volvemos a ellos nos dicen nuevas cosas, nos reservan nuevas sorpresas; son los libros que siempre perduran porque han dejado una huella en la cultura, aunque a veces esa huella se oculte entremezclada con otras que conforman el imaginario colectivo o individual y sólo pueda descubrirse en algunas pautas de comportamiento o en ciertos valores significativos para un pueblo determinado o una persona en particular; nuestro clásico particular es aquél que no puede dejarnos indiferentes y que nos ayuda a definirnos, aún por contraposición a él. Partiendo de un concepto amplio y flexible de lo que son los textos clásicos, Calvino nos invita a una lectura guiada de “sus clásicos” iluminada por su erudición y buen gusto. Según señala el autor “Tu clásico es aquel que no puede serte indiferente y que te sirve para definirte a ti mismo en relación y quizás en contraste con él”. Así, mezclados en el tiempo y en la historia de la literatura universal, el lector descubre las lecturas calvinianas de La Odisea, Orlando furioso, Cyrano de Bergerac, La(s) Metamorfosis (las de Ovidio y la de Kafka), Cándido o Doctor Zhivago, libros con los que se codean otros escritores tan queridos por el autor como Gadda y Borges, u otros por los que manifiesta su simpatía cómplice como Ponge y Queneau. Como vemos, Ítalo Calvino no nos está proponiendo un canon, sino más bien nos está invitando a la lectura para poder llegar a nuestra propia elección. Muchas de las cosas que aprendemos y muchos de los libros que leemos no tienen una utilidad práctica e inmediata, pero contribuyen a nuestra formación cultural, humanística y personal. Mediante nuestras preferencias y afinidades con determinados autores nos vamos reconociendo y modelando nuestra personalidad. Puesto que como sostiene el autor “Los clásicos son esos libros que ejercen una influencia particular ya sea cuando se imponen por inolvidables, ya sea cuando se esconden en los pliegues de la memoria mimetizándose con el inconsciente colectivo o individual”. De otro lado, es necesario señalar que este libro puede ser una guía interesante para los numerosos docentes que en la actualidad se hallan comprometidos en la tarea de incentivar a los jóvenes a cultivar el hábito de la lectura.


sábado, 25 de abril de 2009

Conceptos de sociología literaria (1983). Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo

El texto traza los ejes de lo que constituye el campo de la sociología literaria. Así, aspectos como la historia social de la literatura, del escritor y del público, la teoría social de su práctica y del texto, la problemática del análisis cultural-literario, los instrumentos para la descripción de los sujetos implicados en la producción y el consumo de bienes simbólicos; se articulan de manera inclusiva para sistematizar el corpus de los estudio sociales de la literatura.

Beatriz Sarlo es profesora de Literatura Argentina en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ha dictado cursos en las universidades de Columbia, Berkeley, Maryland y Minnesota, en los Estados Unidos. Ha escrito, en colaboración con Carlos Altamirano tres libros. Con posterioridad a la recuperación de la democracia ha publicado El imperio de los sentimientos (1985), estudio sobre la novela de folletín, y dos notables ensayos de interpretación de la literatura y la ciudad modernas. También escribió Escenas de la vida posmoderna (1994), un libro insoslayable para comprender la cultura argentina contemporánea. Dirige desde 1978, la revista Punto de Vista, donde un grupo de intelectuales difundió sus ideas durante los años de la última dictadura militar. Esa revista que comenzó siendo un órgano casi clandestino y que llegó a ocupar un lugar reconocido en la vida cultural de la Argentina.

Carlos Altamirano es Director del Programa de Historia Intelectual y docente de la Universidad Nacional de Quilmes. Integra el Consejo de Dirección de Prismas. Revista de historia intelectual. Premio Kónex en ensayo político (2004) y al mérito en Ciencias Políticas (2007). Autor de numerosas publicaciones sobre en el campo de la sociología de la cultura y de la historia del pensamiento social y político en la Argentina y América Latina. Sus trabajos se han ordenado en torno de dos centros de interés: la sociología de la literatura, primero; la historia del pensamiento de las elites, tanto políticas como intelectuales de la Argentina, después. Ha publicado Frondizi: el hombre de ideas como político (1998), Peronismo y cultura de izquierda (2001), Bajo el signo de las masas 1943-1973 (2001), Para un programa de historia intelectual (2005) e Intelectuales. Notas de investigación (2006). En colaboración con Beatriz Sarlo escribió Conceptos de sociología literaria (1990), Literatura/sociedad (1993) y Ensayos argentinos: de Sarmiento a la vanguardia (1997). Tuvo a su cuidado la edición de la obra colectiva 'Argentina en el siglo XX' (1999) y la dirección del diccionario 'Términos críticos de sociología de la cultura' (2002).


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